Sabiduría comunitaria en los Andes de Lima: un viaje revalorizando la identidad

“En Huaquis traían el agua de un lugar y...la población aumentó, creo, y el agua ya no alcanzaba. Por ese motivo han hecho el cambio para acá (Miraflores)…”, extracto de entrevista recopilada como parte del componente de memoria social del proyecto Paisaje Cultural Yanacancha-Huaquis, Lima, Perú.  

El valor cultural e histórico de nuestro patrimonio va más allá de la belleza y monumentalidad de los sitios históricos; también reside en las historias de quienes los salvaguardan. Durante la última semana de abril tuve la oportunidad de visitar la comunidad andina de Miraflores (Yauyos, Lima) y participar en las actividades organizadas por el equipo del proyecto Paisaje Cultural Yanacancha-Huaquis. En el proceso, pude ver de cerca cómo nuestros aliados locales se relacionaban con la comunidad y experimenté la relevancia de nuestro trabajo allí. Me llevé la sensación que en Miraflores, no sólo estamos preservando un sitio histórico sino también ayudando a una comunidad a relacionarse con su propia identidad a través del patrimonio. 

Desde su inclusión en el World Monuments Watch 2022, el Paisaje Cultural Yanacancha-Huaquis nos ha fascinado por su sistema ancestral de gestión del agua y las posibilidades de beneficiar a la comunidad de Miraflores a través de la conservación del sitio. Ubicado en la Reserva Paisajística Nor Yauyos-Cochas, a unas ocho horas de Lima, la ejecución del proyecto está liderada por el Instituto de Montaña, una organización dedicada a la conservación y el desarrollo sostenible de los ecosistemas y poblaciones de montaña. Actualmente estamos a la espera de la aprobación de nuestro plan por parte del Ministerio de Cultura para empezar acciones de conservación en el Pueblo Antiguo de Huaquis, un antiguo asentamiento dentro del paisaje que fue abandonado a principios del siglo XX por las familias ​​de los actuales residentes de Miraflores debido a la escasez de agua. También estamos estudiando las represas de Yanacancha, un sistema de agua ancestral que tiene el potencial de aliviar la escasez durante la estación seca. 

El patrimonio no sólo está compuesto por edificios o monumentos tangibles, también hay que abordar el valor inmaterial que suele acompañar a las personas que lo custodian. Además de la preservación de la infraestructura hídrica y el paisaje de la región, el Instituto de Montaña está trabajando para preservar la memoria social y el conocimiento comunitario en este notable lugar. Es así como el proyecto está capacitando a los jóvenes locales para que recopilen información sobre su patrimonio aprovechando la sabiduría de los adultos mayores. Durante esta visita, escuché muchas historias inspiradoras, pero fue aún más gratificante ver a la comunidad mostrar un genuino interés en descubrir cómo era la vida en Miraflores décadas atrás y cómo se conectaba con Huaquis y el sistema de agua de Yanacancha. 

La semana comenzó con un taller para jóvenes sobre uso de equipos audiovisuales y realización de entrevistas. Los jóvenes manejaban con naturalidad el equipo y rápidamente asumieron su rol de entrevistadores. Cada entrevista con un “abuelo/abuela” o “tío/tía”, como cariñosamente llamaban los niños a los ancianos de la comunidad, fue una grata sorpresa. Muchos ancianos de la comunidad reflexionaron sobre cómo los cambios traídos por la modernidad no siempre han sido beneficiosos. Como señaló una de las mujeres: “todos trabajaban antes, jóvenes y mayores…ahora, mira, esos niños de la escuela no saben sostener un pico y una lampa. Empecé a trabajar cuando tenía nueve años; mi madre era viuda, yo andaba de peón…” Las anécdotas, leyendas y experiencias que nos contaron son innumerables, y prontamente publicaremos junto al Instituto de Montaña los videos originales que capturan estas historias. 

El evento central de esta semana fue un encuentro en Huaquis entre ancianos de la comunidad, estudiantes y docentes del colegio de Miraflores. Juntos caminamos hacia Huaquis, ubicado a una hora de Miraflores con hermosas vistas verdes. Aún hoy, los miraflorinos pueden identificar fácilmente las casas de sus antepasados ​​en el pueblo antiguo. Aunque ya no vive nadie allí, el Pueblo Antiguo de Huaquis todavía se siente muy vivo. En otras palabras, abandonar el espacio vital no significa necesariamente dejar atrás sus historias. 

El encuentro comenzó con un “pago a la tierra”, ceremonia ritual común en el Perú donde agradecemos a la tierra por recibirnos. Frutas, hojas de coca y otros artículos fueron bendecidos y luego enterrados en la antigua iglesia. Cuando una niña preguntó inocentemente qué pasaría si desenterraran los objetos, recibiendo como respuesta de uno de los mayores: “te quedarías muda para siempre”. Este tipo de momento de enseñanza ilustra el constante intercambio de conocimientos que valoran nuestras costumbres de generación en generación. 

Se animó a los jóvenes a hacer preguntas a un panel de cuatro personas mayores y fue reconfortante ver el interés de los niños en aprender más sobre su pasado, historia y herencia. Preguntaron sobre todos los aspectos de la vida en Miraflores y Huaquis, desde la comida hasta los juegos y la educación. Ver a una generación más joven llegar a apreciar este conocimiento único y querer preservarlo fue realmente conmovedor. Después de esta satisfactoria visita, estoy segura de que recopilar esta información nos ayudará a comprender mejor el pasado y ayudará en la interpretación histórica de Huaquis y Miraflores. Al fin y al cabo, el verdadero valor de nuestros espacios patrimoniales lo aportan las personas y las historias que los rodean. 

El trabajo del World Monuments Fund en el Paisaje Cultural Yanacancha-Huaquis ha sido posible, en parte, gracias al apoyo de The Robert W. Wilson Charitable Trust y American Express.

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